Álvaro Lazaga no duda en afirmar que el Camino cambia la forma de ver la vida: «El Camino te enseña a que cada vez te hagan falta menos cosas para vivir». A él, ni carné de conducir. Su mochila podría ser una metáfora. La que portaba la primera vez que se echó a andar, en el año 2010, pesaba 12 kilos. La de hoy no llega a los siete kilos. El Camiño da Geira e dos Arrieiros es su 49 Camino de Santiago.
«No es una competición y conozco peregrinos que llevan muchísimos más. Todos son diferentes y, mientras siga sintiendo mariposas en el estómago al ponerme la mochila, caminaré».
Lazaga es madrileño, pero afincado en Benidorm. Al Camino llegó por una amiga. Se lo recomendó hacer en invierno, solo, durmiendo en albergues, llevando un saco. «Aquella primera vez, cuando llegué a Santiago después de haber conocido italianos, americanos, japoneses, con los pies hechos polvo, ese mismo día dije que tenía que volver. Y al poco hice otro, y otro…». Ninguna ruta es igual y ni siquiera un día es parecido al otro, uno nunca tiene idea de lo que puede deparar.
Álvaro lo apunta todo. Las libretas iniciales se fueron convirtiendo en fotografías, crónicas en redes sociales (Instagram, Facebook…) y cuidados vídeos para Youtube, con un canal que ya cuenta con 4.000 suscriptores.
Estos son sus vídeos: